domingo, 8 de marzo de 2020

Abuso de autoridad.

Muchos hemos pasado por situaciones de abuso de una autoridad en algún momento de nuestras vidas. Sean de padres, profesores, jefes, esposos/as, hermanos mayores o aun pastores/as, o sea en nuestro caminar hemos chocado en algún momento con alguien en posición de poder, y autoridad, física, económica o emocionalmente, que se haya abusado de su condición para explotar, usar, dominar, manipular o lastimarnos en algún momento de nuestras vidas. Algunos decidieron como yo, a huir, otros lo enfrentaron y otros simplemente decidieron bajar la cabeza y aceptarlo, según el carácter y capacidad emocional, física y mental de cada cual. Pero, descubrí que ninguna de estas posiciones son saludables, porque como siempre digo, la vida es una escuela, y cuando no aprendemos la lección la viviremos una y otra vez, hasta que entendamos cual es el propósito. Pudo haber sido un padre violento que solo se comunicaba a través de gritos, golpes, insultos, descalificativo o humillaciones. O un jefe que por dar nos un trabajo se creyó en el derecho de pedirnos más de lo que nos correspondía como empleado. Un hermano mas grande o mas fuerte, un esposo que creía que era un regalo de Dios al mundo y asi por delante, en la vida existen personas que aprovechándose de su condición, pisan a otros. Vi en mi misma, que a causa de haber sido abusado una y otra vez, por mi débil carácter, tenia como una “imán” para esta clase de personas, abusivas, y sufría callada ya que nadie podía defenderme porque hasta entonces ni sabia que era un abuso, solo lo aceptaba, como parte de la vida y sufría callada. Las consecuencias con el tiempo fueran que me volví rebelde, cuando ya tuve la edad de entender un poco mejor y huir me rebele Ya no soportaba a nada ni nadie que quisiera “imponerme”, sus órdenes, ideas o pensamientos diferentes a los míos. Me volví hostil y poco tolerante a las autoridades o cualquier persona que yo consideraba estuviera en una posición de autoridad. Como cristiana sane varias heridas, perdone y hice todo lo que se supone que debía hacer. Pero no me daba cuanta que la herida era mucho mas profunda. Habían sido demasiadas situaciones de violencia y abuso vividas y si bien en un momento ya estaba “bastante sanada” ya me “sujetaba”, pero aun no toleraba que nadie me dijera que hiciera algo que no tenia ganas o no estaba de acuerdo, aunque fuera lo mejor o algo bueno para mi. Solo me di cuenta el día en que en una reunión junto a una persona la cual admiro por su trabajo y perseverancia, pensaba para mi, porque la rechazo a esta persona, si la admiro. Y automáticamente el Sr., me hizo ver que aun escapaba de las autoridades con carácter, personas que eran muy fuertes y “poderosas” en lo que hacían, me daban miedo. La mente y el corazón son cofres de muchos tesoros escondidos, y estos tesoros a veces malos si no salen a la luz, pueden condicionar nuestra conducta y hacer con que nunca lleguemos donde estamos predestinadas a llegar de la mano de Dios. Asi que mi trabajo fue seguir sanando, y entregando a Dios todo el dolor que aun había en mi alma, por años de abuso, y asi, llegar a ser quien Dios diseño que fuera. Una persona frágil pero fuerte. No fue magia, aun me resisto un poco, pero también entendí que los años de rebeldía te crean una conducta la cual debemos “desaprender” esta conducta, pero ya no me airo con las autoridades.

lunes, 24 de febrero de 2020

Ser esclavo o libre es una decisión.

Muchos al escuchar historias de la esclavitud nos asombramos, angustiamos o sentimos dolor por lo que han pasado pueblos en otras generaciones que nacieron bajo el peso de la esclavitud. Pero hoy en día miles de millones aun siguen en esclavitud, y no hablo de la esclavitud física solamente, sino la espiritual y la psicológica. Muchas personas hoy en día, son esclavas de sus emociones, del dinero, de vicios, de personas, de rencores, y otros tantos sentimientos y situaciones que nos hacen vivir de una forma miserable y dolorosa tanto o más que en la época de los esclavos. Muchos aun se suicidan por no soportar el peso de la depresión, la soledad, las deudas, el abandono, el engaño, etc. Cuando decimos que Jesús pago el precio por nosotros en la cruz, no tenemos ni idea de lo que El hizo por nosotros. Me acuerdo una vez que me dijeron, “pide revelación de la cruz”, en el momento no sabia lo que significaba aquello, pero aun asi lo pedí, al rato sentí una voz que dijo “ella (por mi), nació para ser esclava”. Luego sentí otra voz que estoy segura que fue del Sr., que dijo “pero yo la hice libre”. Ahi entendí lo que significaba ser libre, ya no ser esclava, de nada ni de nadie, porque El me hizo libre, de mis emociones que me dominaban, mi carácter débil, etc.. Me liberto de vicios, de una forma errada de vida llevada por mis rencores y falta de perdón. Y tantas situaciones que encadenaban mi mente y me hacían ser una persona que no era, ni quería ser, por que sufría. De esto se trata ser libre, de que ya no vivo bajo cadenas, de mandatos y reglas que otros me imponían o aun yo mismo de que para ser feliz debía ser de tal o cual forma, o tener que decir siempre que si a las personas por ganar su aprobación, o que no me abandonar o quisieran. Actitud tal que estaba solo en mi mente ya que al fin todos me abandonaban, usaban o se aprovechaban de mi “SI”, fluyo. Decidí que ya no quería ser asi, decidí que tenia que haber una respuesta para mi carácter débil y carente, si todo puedo en Cristo que me fortalece, que ya no soy cola sino cabeza, tenia que haber una respuesta, y la busque y la encontré adentro mío, sanando, perdonando, liberando de las cadenas de esclavitud que me ataban. ¿Y vos? ¿Que cadenas te atan? ¿De que sos esclavo/a.?

¿Nadie me ama?

¿Nadie me ama? Ayer oí una noticia de una madre, que su hijo de 28 años se había suicidado. Y me puse a pensar, ¿por que un chico que apare...